¿Cómo plantar lechugas?

La lechuga es una planta ideal para la siembra casera porque no requiere un clima constante para crecer ni condiciones para propagarse en un invernadero, crece mejor al aire libre. Además de sus propiedades nutritivas, es un complemento ideal para platos principales, la base de cualquier ensalada, y un ingrediente imprescindible en diferentes platos comunes y otros más complejos.
Lo mejor de todo es que no necesita tener un gran jardín o un gran espacio para crear un jardín de lechugas. Un lugar adecuado para una caja mediana que reciba la mayor parte del sol durante el día es suficiente para plantarlas en tu hogar.
Sigue estos pasos para cultivar tu primera lechuga orgánica en casa:
1.- Sembrar semillas de lechuga
Puedes comprar diferentes variedades de semillas en tiendas especializadas, como albaricoques secos, italianos o franceses, o si tienes plantas de lechuga en flor, debes esperar a que se sequen antes de darles la vuelta y retirar las semillas caídas.
Las semillas de esta planta se asemejan a pepitas, pero son más pequeñas y de diferentes colores. La mejor manera de cultivar lechuga es también la más fácil: puedes sembrarlas directamente en una caja de madera o usar una maceta larga y profunda (más de 30 cm) con al menos unas pocas semillas cada 12 cm más o menos.
A diferencia de otras semillas pequeñas que apenas necesitan estar cubiertas de tierra para germinar, en este caso lo mejor es dejar una capa de unos 3 cm de sustrato.
2.- Cuidados de las lechugas con el sol
En el primer día de la germinación, pleno sol es esencial. Recibir la mayoría de las horas de luz directa ayudará a mantener los tallos cortos, de modo que las primeras hojas estén firmes y levantadas.
Unos 5 días después de la siembra, verás como brotan las primeras hojas de lechuga, y al cabo de una semana y media, ya podrás distinguir unas cuantas hojas. En cuanto al riego, debes regar todos los días durante las dos primeras semanas, teniendo cuidado de no regar en exceso, lo que puede causar charcos de raíces podridas.
3.- Humedad y Riego de Lechuga
La lechuga necesita una humedad alta pero constante. Pasadas las primeras semanas, basta con un poco de riego tres días a la semana (no directamente sobre las hojas, ya que pueden quemarse con el sol) para mantenerlas en buen estado.
Si siembra directamente, no necesitará un trasplante, por lo que sus plantas corren menos riesgo de morir después de más de 15 días.
A partir de este momento se deben mantener riegos constantes (cada tres días) y condiciones de luz, pero si la temperatura de la tarde supera los 30 grados centígrados, es mejor buscar sombra parcial.
Lo mismo ocurre con el frío extremo: si vives en una noche en la que las temperaturas descienden por debajo de cero, deberás esperar a que haya condiciones cálidas para cosechar con éxito tu lechuga.
4 Cosecha de lechuga
Con el tiempo, verás como las hojas toman la forma típica de las lechugas según la especie, sin embargo, tendrás que esperar al menos tres meses después de plantarlas para poder cosecharlas, aunque tus plantas parezcan estar completamente listas para comer antes.
Antes de hacerlo, riega generosamente el día anterior y en la primera hora del día o después de la puesta del sol.
Corta con cuidado las hojas de la parte más cercana al suelo (preferiblemente con tijeras esterilizadas), dejando que las hojas más pequeñas sigan creciendo para poder utilizarlas más tarde.
Repite el proceso con las semillas para tener esta verdura para siempre.
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